Nombre de la obra:
El mundo es ancho y ajeno
Indigenista
Narrativa
Epopeya
Se
divide
en:
19 capítulos
con
190 paginas.
Lenguaje polifónico y mestizado
Fuentes de la
obra
Se basa en su la realidad de su niñez, ya que has muy temprana edad vivió las injusticias que
se le
daba al pueblo indígena
DESCRIPCIÓN
Intención
de la
obra
Dar a conocer las injusticias
que se dio a los pueblos indígenas
o también llamados
pueblos andinos que eran en
si las
comunidades olvidadas del estatuto democrático que en ese entonces era dirigido por
los gamonales.
En la comunidad de Rumi, un pueblo de la serranía peruana. Rosendo Maqui alcalde
de este pueblo piensa mejorar el nivel de vida, pero
la aparición de Amenabar, rico hacendado
de la zona, viene
a romper la
tranquilidad de Rumi.
Rosendo Maqui contrato a un abogado
para
que tome a su defensa, el
cual fue sobornado al igual que el juez y
algunos testigos. El Fierro Vásquez, temible bandolero de la región, uniéndose
a la comunidad,
roba para vivir y ayudar a los
pobres. Rosendo Maqui ha luchado inútilmente para
que se
haga justicia, pero en esos lugares
no se
conocía lo que era, así pasan los días y empieza el éxodo, la comunidad, poco
a poco abandona la tierra llevándose sus costumbres y sueños.
Rosendo Maqui es acusado
falsamente de
robo, encarcelado y golpeado.
Benito Castro, un indio que
vivió
largo tiempo en la ciudad en donde aprendió
a leer
y escribir,
regresa a su tierra para ayudar
a su
comunidad a luchar
contra el abuso y prepotencia
de don Álvaro, pero ante el ataque del ejército muere, quedando para la comunidad sólo dos
caminos: rendirse ante el abuso
y servir al amo o salir en busca de un mundo ancho y ajeno.
Estilo de la Obra
En esta ocasión el autor se manifiesta de una forma sencilla y clara, pudiéndose así
entender lo que
el autor nos
quiere transmitir
Trascendencia
de la obra
Es considerada como una de las obras más destacadas de la novela
indigenista y obra maestra de su autor. Mario Vargas Llosa ha afirmado
que El Mundo es Ancho y Ajeno
constituye el punto de partida de la
literatura narrativa moderna peruana y su autor
nuestro primer novelista
clásico. Cuenta con numerosas ediciones en español y es su novela más
traducida.
Antecedentes históricos
de
la obra
La obra “El mundo es ancho y ajeno”, que recibió el
importante premio latinoamericano de novela, convocado
por la editorial estadounidense Farrar & Rinehart. Esta novela es
un gran cuadro
épico
de las luchas de una comunidad indígena contra los tres poderes que quieren destruirla: la oligarquía terrateniente, el Ejército y el
Gobierno.
Ciro Alegría utiliza tres tipos de personajes en su novela: los indios, los mestizos
y los blancos.
Entre los indios
podemos destacar a:
Rosendo Maqui, alcalde de la comunidad de Rumi, que se preocupa por
construir caminos y escuelas, y que bajo la ambición del gamonal Álvaro Amenábar, de la hacienda de Umay, enarbola la defensa de su "ayllu" hasta sucumbir en
la prisión, vejado por las
autoridades.
Benito Castro es otro personaje de la comunidad, quien abandona su
tierra para ir de hacienda en hacienda, de pueblo en pueblo, conociendo
de cerca el
dolor de sus hermanos los indios. Demetrio Sumallacta, un joven músico. Nasha
Suro, mujer “adivina”,
que vaticina las desgracias de la vecindad. El Fiero Vásquez, héroe bandolero que sirve a la causa de los indios con gran pasión, demostrando un enorme coraje en sus acciones.
Amadeo Illas, por el que podemos conocer lo que significa la explotación
de los indígenas en los sembríos de cocales, en donde se interna en busca de
una
mejor suerte y porvenir.
Augusto Maqui, hijo de Rosendo, quien se interna en los cauchales donde la explotación es similar. El indio Valencio, lugarteniente del Fiero
Vásquez y que realiza proezas singulares.
Entre los mestizos,
Ciro
Alegría nos muestra a: Julio Contreras, un personaje al que se le conoce como "buscavidas",
que
cae en Rumi sirviendo —en medio de negocios
delictivos— de falso
testigo en favor del insaciable Amenábar y que termina en las garras de
Doroteo Quispe, quien lo sentencia a
morir
en una ciénaga.
Jacinto Prieto, un advenedizo bien intencionado, que sirve a la causa de
Rosendo Maqui.
Y como no podía ser de otra manera,
los
blancos, enemigos de
los
indígenas, cuyo mejor personaje es:
Álvaro
Amenábar, terrateniente de horca y cuchillo de Umay, quien
valiéndose de
documentos fraguados, sobornando a diversas
autoridades y corrompiendo conciencias, ensancha sus dominios hasta
devorar las tierras de Rumi.
Zenobio García, gobernador sin escrúpulos,
que
sólo vive para enriquecerse.
Bismark Ruiz, tinterillo inescrupuloso
que empieza sirviendo
a la comunidad para luego prevaricar y entregarse al servicio del gamonal
Amenábar.
En la novela, el hombre blanco representa al usurpador, a la autoridad, al
poderoso, al amo, al sistema
capitalista imperante. El indio, en cambio,
representa al poseedor de
la
tierra, su legítimo dueño, pero que
es cruelmente explotado
Ciro Alegría Novelista peruano,
nacido en Marcabal Grande y fallecido en Lima. Ciro Alegría hizo sus estudios escolares en su
misma región andina de nacimiento
(donde
tuvo como maestro a César Vallejo) y se comprometió temprano en la lucha
política como miembro de la Alianza Popular Revolucionaria
Americana
(APRA). Su militancia
en la APRA le valdrían dos
estancias en prisión
(en
1931 y en 1933) y su posterior exilio en
Chile en 1934.
La lucha del alcalde
Rosendo maqui representando a la comunidad Rumi contra
Amenabar y Roldán quienes querían quitarle sus tierras.
El deseo por
tener o conseguir
tierras por Amenabar y Roldán
El autor esta vez nos quiere transmitir las injusticias que había en las
comunidades indígenas,
que desgraciadamente no tenían educación y por la lo tanto se hacía lo que los “blancos” mandaban, y desagraciadamente todavía sigue existiendo el racismo,
mayormente en
las personas que no
tiene una educación.
I. Rosendo Maqui
y la comunidad
Rosendo es el alcalde. Se
describe la vida de una comunidad andina.
Los gamonales con leyes para expropiar a los comuneros. La ley, el derecho, es para los
gamonales. Dificultades para levantar la escuela. El
indio es despreciado. El tinterillo Bismark, "defensor jurídico" frente al
gamonal Amenábar.
Murió mucha gente del tifo. Guerra con
Chile. "Las
madres blasfemaban...". Aparecen los azules
y los colorados. Dejaron hijos. Habla de dos ladrones disfrazados de frailes que bendecían el ganado y regalaban ovejas a la comunidad. Referencia
a diversas
supersticiones.
La esposa de Rosendo, Pascuala, había muerto.
II. Zenobio García y otros notables
La hija mayor de
Zenobio hace
una
apología de
la muerte. El "cañazo" — bebida alcohólica fuerte— para el velorio (justifica la borrachera). Todo el pueblo asistió
al velorio.
III. Días van, días vienen
Sentido materialista de la muerte. Se construye la escuela con adobe. Llega don Álvaro Amenábar diciendo que los terrenos
son suyos y así lo había denunciado. Rosendo sintió odio por primera vez. Crítica a funcionarios y maestros. "En el Perú las cosas se hacen solas".
Amoríos de Bismark Ruiz, el
tinterillo, y la "costeña". Rosendo le deja cincuenta
soles a Bismark para que
les
defienda, y éste les dice
que
vayan tranquilos, que la justicia está de parte de ellos. La estafa del "Mágico" en una fiesta.
IV. El Fiero
Vásquez
Se presenta a este personaje que
despojaba a los ricos
y daba a los
pobres; aunque también robaba a los pobres cuando
necesitaba. Encuentra a Doroteo Quispe que
iba a comprar para
la
fiesta de San
Isidro. El Fiero le roba los cien soles que
llevaba, pero después le
devuelve ochenta y diez más para velas a San Isidro, por la oración
al Justo Juez que recita Doroteo. Aparece
Valencio, hermano de Casiana, amante del Fiero Vásquez. Describe la miseria, el látigo y la incansable
deuda de los pobres. Hieren en la cara al Fiero con carabina. Se repone y llega a un pueblo, donde
le cura la Sra. Elena. Llega don Teodoro, el
esposo de Elena. El Fiero cuenta que
anduvo errante por
matar a don
Malaquías que había pegado a su madre. Se queda trabajando con don
Teodoro. Describe
las peripecias de don
Teodoro y el Fiero
para atravesar
el río
Condebamba. Don Teodoro
se fue a firmar
porque fue elegido diputado. El
Fiero se casa con Gumersinda. Estando
en la chacra le ataca un desconocido al que mata en defensa propia, pero tiene que huir. A los seis meses regresa. Su hijo
había muerto. Su esposa había sido violada por los
gendarmes y tuvo que ser sirvienta del juez para
poder salir de la cárcel. Se informa del juicio con Amenábar y se va,
caída la noche.
V. El maíz y el
trigo
Narración del arreo
de vacas por un grupo de jóvenes por un valle.
También se narra la siega, el acarreo y la trilla. Describe cómo se avienta el trigo con horquetas y palos de madera, hasta separar la paja
del grano.
VI. El ausente
Ganó Benito en la carrera de caballos
para atrapar el gallo,
que
colgaba de una soga, y los treinta soles que estaban en un canasto.
Por la noche
hubo
un baile. Prefirió no pelear y se fue. Vagando de un lado
para
otro llegó al Callejón de Huaylas. Allí pagaban los gamonales peor que en el
norte. Tuvo
que huir porque soltó a dos indios que habían sido torturados por considerarles culpables de robo. Llegó
a Pueblo Libre.
Pajuelo, que había dejado el pueblo por los abusos, vino, ya adulto, a ponerse al lado de los indios explotados por gamonales y autoridades; se puso a arengar a
la gente. Benito está ahí con su caballo "Lucero".
Hieren a Pajuelo y a los pocos que
quedan les llevan presos por subversión. Con el tiempo salen todos menos Benito, que por ser forastero no tiene quien
le defienda. Por fin lo sueltan, pero se queda sin su caballo y con hambre. Se
pone a trabajar en una hacienda. Allí, los indios cuentan historias de revoluciones
en el Callejón, pensando que se repetirán: y
al día siguiente, la misma realidad.
VII. Juicios de los linderos
El papel sellado es un mal nacional, que no puede faltar, aunque falte el pan. Por su familia don Álvaro es enemigo de los Córdova. Íñiguez es el defensor de don Álvaro. Se compran a falsos testigos, al subprefecto, al
juez y al mismo Bismark Ruiz. Se encontraron los hitos —que señalan los linderos— fuera de su sitio, y los colocaron de nuevo.
Mardoqueo, vendedor de
esteras y encargado de espiar, fue
flagelado. Bismark dijo a
Rosendo Maqui que él descalificaría a Contreras, a García y a otros más.
Habla de Nasha, bruja y curandera, que,
con
hierbas, el cuy, etc., podría
hacer algo contra don Álvaro
Amenábar. Sacó una fotografía suya de la hacienda, de noche. Don Álvaro la descubrió
y dijo
que no la mataba
porque su padre había salvado al de
don Álvaro.
¿Qué había hecho don
Gonzalo Amenábar con los indios? ¿Qué hacía don Álvaro? Explotarlos, matarlos, flagelarlos, despojarlos. En vista de que don Álvaro seguía bien de salud, empezaron las dudas sobre Nasha, y al final nadie creía
en ella; se justificaba: "No
le
puedo agarrar
el ánima...".
Rosendo Maqui tiene que buscar testigos que no sean de Rumi. Rezan a San Isidro para que
salve a la comunidad. Los buscaron en Muncha y
Viyumi; sabían que los comuneros tenían razón, pero no se atrevían
a enfrentarse con don Álvaro.
Apareció
Jacinto Prieto, el herrero
del pueblo; y enviaron
al "Zurdo", vagabundo y truhán, para que le
provocase. En efecto, le propinó una
paliza y
Prieto fue a la cárcel.
VIII. El despojo
Rosendo Maqui quiso
dejar a Bismark, pero
nadie
en la provincia quería
defenderles. Consejos del sacerdote de que acepten la voluntad de Dios,
guarden sus mandamientos y piensen en el Cielo. Augusto
Maqui, nieto de Rosendo,
va a la hacienda enrolado por su
abuelo, como espía;
escuchó que irían cuarenta para tomar Rumi. Lo contó todo a su abuelo;
al siguiente día, al mediodía, ocho caporales
de Amenábar, llegaron amenazantes por
lo
del espía. "Hasta el 14" gritaron, aludiendo al día del juicio.
En el juicio
dice Rosendo: "han ganado
la
plata y la maldad".
Artemio Chauqui intentó criticar —sin éxito—
la
gestión del Alcalde y de los
Regidores. Se entró a discutir si defender o no la comunidad; Gerónimo Cahua optó por la resistencia; otros, no. Casiana —sin avisar— salió en
busca del Fiero Vásquez. Llegaron a un acuerdo: no se resiste, y se
irían de la comunidad antes del día 14.
Reeligen alcalde al viejo Rosendo Maqui. Casiano no encontró
al Fiero; hicieron fuego como
señal. "No pienso que Dios
esté administrando
las
cosas
de la tierra",
pone en boca
del "Manco". Llegó Valencio, hermano de
Casiana. El Fiero decidió ir, con veinte hombres, a defender a los comuneros. Salieron los comuneros de Rumi y
llegó el gamonal con su cohorte. Los comuneros (Alcalde
y Regidores) saludaron a don Álvaro,
que les dijo: "¿Por qué
no me saludan, indios imbéciles, malcriados?". Al fin se
produjo el enfrentamiento entre el Fiero y los comuneros, con los gendarmes y Amenábar.
Murió Íñiguez por la piedra
rodada por Mardoqueo.
IX. Tormenta
Yanañahui es
una laguna encantada. Nasha se
desprestigió con la pérdida
de las tierras. Rosendo se dirige
al cerro: "Taita Rumi, ¿nos irá bien en Yanañahui?". Le hizo ofrendas de pan, coca y chicha. Siguió
insistiendo. El cerro
le
dijo: "Bien",
al ingenuo y panteísta Rosendo. La vida había cambiado mucho por la aspereza del lugar. Se intentó un
recurso de apelación a la Corte
Superior.
Pero se enteró Amenábar: "no
saben dónde se meten y
con el jovencito
el tal Zavala Correa"
(el
abogado). Se produce
una
gran tormenta y algunos
animales son
muertos, entre ellos
"Frontino", el caballo de Rosendo. Un emisario de
Zavala Correa vino a decir que habían asaltado al que llevaba la apelación, la que poco después se quemó en la chimenea de don Álvaro. Anselmo, el tullido,
tocaba muy bien el arpa. La vida era
dura. Murió Anselmo. Doroteo, Gerónimo y Condorumi intentaron matar a Bismark y a su amante Melba,
pero
no se atrevieron: sólo robaron los dos caballos.
Melba murió de pulmonía. Bismark volvió al lado de su esposa, a
la monotonía
del trabajo. El diario "La Patria" se refirió en el editorial al
orden que pusieron, a la laboriosidad y honestidad de Amenábar, y al bandidaje
y a la revolución a la que
se dedicaron muchos
comuneros.
X. Goces y penas de la coca
A Hipólito le
picó
una víbora. Corrían historias de muertes
por picaduras de víboras. También molestaban los zancudos. Amadeo Illas iba a empezar a raumar. Los dos caporales que
estaba allí habían violado a su
mujer, aunque él no lo sabía. El trabajo,
al
principio, era fácil;
después ardían las manos y salían ampollas. El almuerzo era un cucharón de trigo. Las manos le sangraban. Tuvo que dejar el trabajo. Era cuestión
de acostumbrarse,
pero no se acostumbró: las
ampollas, la sangre...
Regresó sin nada. Tuvo
que irse
a Lomas, pero le
buscaron
y el
hacendado pagó
su
deuda de 50 soles: de nuevo
estaba amarrado.
XI. Rosendo Maqui
en
la cárcel
Falsificador de billetes. El engaño del entierro al cura. Se
descubrió la
estafa por un telegrama equivocado.
XII. Valencio
en Yanañahui
Gran recibimiento.
Cuenta el enfrentamiento con los gendarmes y
la muerte de algunos de
éstos y de la banda.
El Fiero Vásquez y otros,
siguen a salvo. Decide
casarse con Tadea
por religioso.
XIII. Historias
y lances de minería
Calixto Paucar busca trabajo en la mina de Navilca. Se encuentra en el camino con
presos encadenados.
Al
llegar, le dijeron que comenzaría
a trabajar el lunes, pero
luego le avisaron que empezaría una huelga. Alberto y Calixto salieron a dar un paseo. Los mineros sorprenden a 14
de la banda del Fiero Vásquez, borrachos, en
una
cueva y los llevan presos a la mina de los Godogrey. Allí los colgaron de
los pelos y a los
que
no murieron, les fusilaron. El Fiero no volvió
a Gallayán. Había
informes de su captura. Se le rompió la soga con otro compañero, pero
no explotó la carga
de dinamita y salvó la vida.
Un
periodista le
preguntó por la huelga. Habló de cuando estuvo en Cerro
de Pasco y de otras huelgas. "Ellos tienen plata y los mineros hambre". Alemparte, el
Secretario General
del Sindicato de Navilca, había declarado la huelga. Vinieron muchos
gendarmes. Gritaban: "¡Viva Alemparte! ¡Viva el gringo Yack!
Somos socialistas". Se enfrentaron
a los gendarmes y hubo ocho
muertos: el primero, Alemparte. Yack y otro compañero desplegaron un
trapo rojo y cantaron;
los demás
no sabían nada.
XIV. El bandolero Doroteo
Quispe
Nació el hijo de Casiana. No se sabe nada del Fiero
Vásquez; otros han muerto. Doroteo entra a Muncha, el caserío donde esta Zenobio García,
el gobernador.
Sospechan del bandido.
Los bandidos
entran
a medianoche disparando mucho, para impresionar. Entraron en Muncha y Zenobio
huyó, pero la esposa, la hija y la sirvienta no pudieron hacerlo.
Cuando regresó
a la casa se encontró con el saqueo: todo el esfuerzo de
años, perdido. Se emborrachó. Los bandidos encontraron al "Mágico"
(mercachifle) y después de despojarle de la mercadería, le echaron en un pantano, donde
se hundió.
XV. Sangre
de caucherías
Augusto Maqui, con otros, ha llegado a un lugar de la selva. Al frente va el veterano Carmona. Don Renato era el dueño y el primer jefe del canuco, donde se explotaba el caucho. Se servían de los indios, a los
que
habían reducido, que
tenían que
entregar su cuota; de lo contrario
eran castigados: hombres, mujeres
y niños. En el Putumayo mueren cuatro en una expedición a manos de los cashibos. Se
preparan para
vengar esas muertes: el prefecto Arana
con
otros de su comitiva y gente de tropa sorprenden a los cashibos en una orgía. Matan a algunos y se
llevan rehenes, entre ellos a la esposa del jefe, Yanacuna. Al insistir en el ataque, apoyados por los cañones de tres embarcaciones que llegan para ayudar, muere el jefe y hacen una carnicería humana. Por eso ponen a ese lugar el nombre de "Puerto del castigo". Cuenta la historia del Cultachaqui ("pie de hombre y de venado") que querían llevarse
a Nora, la esposa del
cacique Coranke; al intentar evitarlo, convirtió a su hija en un pájaro, el "ayaymama", el cual se
dice que sigue cantando,
especialmente en las
noches de luna. Ordóñez, el dueño, descabezó con machete a un indio por no haber traído caucho. Augusto quedó
ciego por el caucho. Todos se fueron. Escuchó la voz de Maribi. Ordóñez, en una pelea que
los
caucheros vencen contra los indios de la selva, recibe una flecha y muere. Los
caucheros traen 30 mujeres, y dejan a Marabi con Augusto.
XVI. Muerte de Rosendo
Maqui
Un preso, Jacinto,
había escrito al Presidente de la República, seguro de obtener justicia. Pero no fue así. Jacinto exclamaba: "Todo es mentira;
¿dónde están los
hombres probos
de la
patria? Todos son unos serviles a las órdenes de los poderosos. Un rico puede matar y nadie le hace nada.
Un pobre da un puñete fuerte y lo acusan de homicidio frustrao". Todo
esto lo
decía a gritos, pero de nada le
sirvió. Lo torturaron los gendarmes. Sólo salió por los 1.000 soles que pagó el Fiero Vásquez. A Rosendo
Maqui lo pusieron en la misma celda que al Fiero. Luego, acusándolos a ambos de sedición, confunden al Fiero
Vásquez
y dan
muerte a Abdulio. El alcalde le hizo llegar un revólver al Fiero Vásquez,
quien propone a Rosendo
la huida: Rosendo lo piensa, pero renuncia a este plan por miedo
a que Amenábar ganara las elecciones a Córdova. Esto
le costaría caro. El Fiero soborna al gendarme y a otro
más con 400 soles (el gendarme ganaba 30 soles mensuales) para huir; abre con una ganzúa el candado. En el patio mata a dos gendarmes.
Al enterarse los demás gendarmes, acuden a la celda de
Rosendo: "¿por qué
no gritaste, tú indio babieco?".
Golpearon a Rosendo hasta que se desvaneció; al
llevarle el almuerzo no contestó: estaba
muerto. El médico diagnosticó muerte por infarto y el juez levantó acta de defunción. El
subprefecto mandó a los gendarmes que lo enterraran en la noche para que los indios no armasen bulla,
pues
no quería líos —si los indios se enteraban
de lo sucedido—.
XVII. Lorenzo Medina y otros amigos
En una cantina de
Lima está Benito Castro,
que trabaja en una imprenta. Allí comenta con el tipógrafo llamado Santiago de
cómo domó una mula
en su comunidad. Llegó Lorenzo Medina,
el gran líder sindical. Benito
se va con él a trabajar en un bote pesquero. Luego se entera Benito que
Lorenzo no dirige nada; que había sido expulsado del sindicato. Hablan
de explotación de indígenas
en las haciendas, de la construcción
de ferrocarriles, etc.
En la provincia de Azángaro
los
gamonales han despojado a las comunidades de sus tierras, de
la manera más clamorosa: han matado
y torturado hombres, mujeres y niños, con el apoyo de
las
autoridades.
Lorenzo comenta: "Ayer ha hecho
un año que la fuerza pública, al
mando del coronel Revilla, prefecto de Cajamarca, entro en Llaucán
y arrasó con todos..., no sólo los indefensos reunidos, sino entrando a las
casas". Hace referencia a una carta de Llaucán al señor Ministro
de Justicia, exponiendo los atropellos de Llaucán; entre los firmantes está Rómulo Quinto (de Rumi), según Benito.
Cuenta Benito que, por haber
matado a su padrastro,
y a falta de
cárcel, fue encerrado
en un cuarto de Rosendo
Maqui; este último lo
soltó.
Benito quiere volver a la comunidad, por eso estaba aprendiendo a leer. Termina la historia narrando la fuerte explosión que hubo en el Callao,
y cómo eso hundió el
bote; de cómo la lancha no daba para vivir; y de
que
ambos
(Benito y
Lorenzo) tuvieron que quedarse en el
Callao, resignados
en
trabajar
recogiendo conchitas, después de haber
intentado éxito— encontrar otro
trabajo en Lima.
XVIII. La cabeza del
Fiero Vásquez
Una pastora encontró entre
unos matorrales la cabeza del Fiero
Vásquez. Llegaron el juez, el subprefecto y muchos campesinos. No había
indicios de quién lo había matado:
¿los gendarmes, una mujer por
celos? Enterraron la cabeza. Casiana se
enteró del suceso.
XIX. El nuevo encuentro
Juan Medrano está mirando Solma, la tierra que tiene por delante y que
se parece
un poco a Rumi; Juan Medrano la anidó. Simona, cocinando al raso, está con él. Se hace de noche y duermen allí. Su destino es trabajar la tierra, como su abuelo Antón. Juan y Simona tienen dos
hijos:
Roli
y Elvira.
Hacen
su casa,
y siembran en ese mes de
noviembre, con la ilusión de obtener una buena cosecha
que
pueda beneficiar
a los
padres de ambos y a Modesto,
un pastor que
vive solo — únicamente tiene la compañía de una culebra— y a quien tratan de brujo. Llegaron las lluvias y crecieron el trigo y el maíz; Juan realizó la cosecha —con la ayuda de otros, como
es habitual—, acordándose
de Rosendo. Al final de la cosecha llegó don Ricardo, que se llevó la mitad de lo recogido, y reclamó casi otro tanto por las facilidades prestadas:
los colonos se quedaron únicamente
con
los granos necesarios
para su
sustento.
XX. Sumallacta y unos
futres raros
La indiada llenaba el pueblo en fiesta. "Demetrio Sumallacta vio a Amadeo Illas en una cantina. Les contó el cuento del zorro y el conejo".
El zorro, decía unos de los futres, representa al mandón y
el conejo al
indio; pero el indio toma revancha. Un pintor invita a Demetrio para ser
modelo; le dará dos soles
diarios. Al regresar a
casa dice que se encontró con unos futres que hablaban
del “indio”, “justicia”, “el
hombre", y que
consideran hombre al indio. Se durmió
después de haber hecho grandes alabanzas del maguey.
XXI. Regreso de
Benito
Castro
Se enroló en el ejército y ascendió a Sargento primero. Se licenció. Consiguió
un rifle y quinientos tiros.
Benel, guerrillero, quiso
plegarse a él,
pero
desistió al saber que
era hacendado.
Ningún gobernante
hacía nada por el pueblo. Se compró un caballo y se
fue
a su comunidad. Se dio con la sorpresa de que había desaparecido; en la casa de Rosendo no encontró más que un cerdo. ¿Qué pasó con la
gente? ¿Dónde estaban? ¿La
peste? ¿Algún
gamonal les había desalojado? ¿Rosendo? ¿Pascuala? Lloró. Encontró
tan
sólo a un
habitante, Ramón Briceno, quien le comunicó
lo de Amenábar y que estaban en Yanañahui. Subió a Yanañahui y se encontró con su hermana Juanacha.
Se
enteró de la muerte de sus padres y del nuevo Alcalde —
Clemente Yacu— que estaba enfermo; éste le fue contando lo sucedido.
El espíritu de Rosendo estaba en la comunidad.
XXII. Algunos
días
Benito revivió intensamente en
dos días
todo lo
ocurrido en la comunidad. Fueron presentándoles a todos. Madre e hija se presentaron para que Benito les
leyera la carta que el esposo de la hija le había enviado. Benito fue a conversar con el Dr. Correa Zavala, que le dio la
noticia de que se podían quedar y cultivar las tierras —que ahora
ocupaban— con tranquilidad, porque la
Corte Superior de Justicia
había fallado
a favor de la comunidad. Benito salió
de caza
con Porfirio Medrano y le anuncia que le
propondrá como
regidor. Luego, se casó con Marguicha.
XXIII. Nuevas tareas comunales
Dinamitaron
la
laguna para aprovechar más tierras de cultivo. Benito
Castro dijo a la comunidad que él era el
responsable de eso, a pesar de
las
supersticiones. La gente se oponía por la superstición de la "mujer negra
y peluda", que suponían vivía en la laguna. También destruyó unas ruinas donde, decían, estaba el "chocho". Pero no había ni tal
chocho ni tal laguna encantada. No pocos se opusieron, se discutió en la comunidad, y la mayoría voto a favor de Benito.
Clemente renunció por
el reuma y Benito
fue elegido Alcalde.
XXIV. ¿Adónde? ¿Adónde?
Artemio Chauqui decía: "El indio es un Cristo clavado en una cruz
de abuso".
Benito Castro organizó a la gente contra Amenábar, que
intentaba llevarles
a trabajar a su chacra. También luchan
los munchinos. Se
acercaron los
de Amenábar. Benito Castro dispuso las operaciones y treinta hombres se pegan contra las peñas dejando
la
vía libre. Al fin aparecieron los
guardias
con
un indio de guía. Se tiraron
al suelo ante los disparos; murieron seis guardias y algunos comuneros:
Porfirio Medrano
y Fidel Vásquez. Rumi y
Umay también se sublevaron, pero les atacaron con máuseres.
Mueren muchos, entre ellos Benito
Castro.
MARCO HISTÓRICO Y GEOGRÁFICO DE EL
MUNDO ES ANCHO Y
AJENO
Geográficos: La
novela se desarrolla en Rumi y
sus contornos. Rumi es
una
comunidad indígena (mestiza).
Históricos: Es en el siglo
XVIII donde se desarrollan los hechos. La vida agraria de
la década en la que ocurren los acontecimientos narrados, década que literariamente es la de vanguardia, atravesó
momentos de esperanza y de desesperación, de hondas tensiones y de profundas crisis.
MODELOS
DE PRÁCTICAS DE VALORES PRESENTADOS POR EL
AUTOR
Valores
Unión
Perseverancia
Anti valores
Injusticia
Muerte
Violencia
Abuso
Avaricia
Esta obra nos pareció muy interesante ya que nos muestra la realidad del pueblo indígena y todo lo q sufre por ser una comunidad olvidada en donde
cualquier “blanco” podía y puede
imponer sus ideas con fuete cantidad de dinero.
También rescatamos
que Ciro Alegría utiliza al describir los paisajes
ya que lo
hace tan detallado que uno se sumerge
en su imaginación. Nos
parece muy bien que un escritor ponga en evidencia la crueldad y la
injusticia que
una comunidad tenía que
soportar en sus tiempos.
IMPACTO PERSONAL
Nos sorprendió al darnos cuenta que existían personas que, por codicia, avaricia podían destruir una comunidad que vivía en paz y con buenas
intenciones de superarse y también que las personas podían caer bajo
como ser sobornadas por dinero y perjudicar a las personas que solo
buscaban prosperar.
LA OBRA EN EL CONTEXTO ACTUAL
En la actualidad podemos hacer una comparación con
esta obra porque siguen existiendo las injusticias sobre
las personas que no tienen un grado económico alto o también que no tienen una educación, nos referimos mayormente a las personas que viven en los pueblo pequeños y alejados en donde no saben cómo defender sus propios
derechos, mediante documentos
legales.
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