Los
crímenes de la calle Morgue, también llamado Los crímenes de la Rue Morgue, es
uno de los relatos que componen los “crímenes de la habitación cerrada”.
La
historia se desarrolla en París donde el narrador, del que no sabemos el
nombre, conoce a Dupin, un bohemio que comparte con él su afición a los libros
que no se encuentran en cualquier lugar. Ambos deciden vivir juntos en una casa
durante la estancia en París del narrador, en la que pasan el tiempo leyendo y
estudiando. Durante este tiempo, el narrador descubre que su amigo tiene un
talento muy singular: es un hombre muy perceptivo. Pero lo que no puede
imaginar es cómo puede ser útil ese sentido de la percepción cuando se intenta
resolver un crimen, en este caso el crimen de la Rue Morgue, sin haber
sospechosos de ningún tipo ni pistas que puedan conducir a la solución. Durante
un paseo nocturno por las calles de París, Dupin comienza a sorprender a su
amigo, al que parece leer la mente deduciendo sus pensamientos de tal manera
que enlazó un pequeño tropiezo diez minutos antes con una reflexión acerca del
teatro.
Unos días
más tarde, en el periódico aparece una noticia con algunos testimonios de los
testigos de un extraño crimen en la Rue Morgue. El artículo recogía la
información de médicos y vecinos que asistieron a una sucesión de gritos tras
los que, al forzar la puerta de entrada al edificio, pudieron asistir a un
horrible espectáculo que rozaba lo grotesco. Pudieron encontrar dos
cuerpos horriblemente mutilados: el de la hija, que había sido introducido por
el hueco de la chimenea tras haber sido estrangulada, y el de la madre,
horriblemente mutilado, cuya cabeza estaba casi separada del cuerpo, cubierta
de sangre y arrojado al patio desde una pequeña ventana en una de las
habitaciones superiores. Tenía varios huesos aplastados y otros casi
triturados. Pero, aparte de los terribles gritos que alertaron a los vecinos,
no se pudo escuchar nada más claro, únicamente la voz de un francés en el piso
superior. Todos coincidieron en haber escuchado una voz más, pero no pudieron
descifrar lo que decía, ni la nacionalidad de quien hablaba. La casa fue
hallada en el más completo desorden, por lo que la policía determinó que se
trataba de un robo. Dupin, tras obtener un permiso para examinar la casa y
verse en la obligación de socorrer a un amigo que estaba acusado del crimen,
entra en acción, así como su método deductivo-analítico con el que consigue
sorprender al público y hasta a los implicados en el crimen. Las pistas que
Dupin consigue analizar son unas cuantas huellas dactilares y un mechón de pelo
encontrado en la mano de una de las víctimas.
Esta
historia parece en sí una guía sobre cómo debe ser un detective y cuáles
son sus características y cualidades fundamentales. La base de todo
análisis lógico-deductivo se centra en la observación de los hechos y en
la agudeza mental. Y Dupin tiene tanto de estas características que es
capaz de penetrar hasta en una mente no humana. Esta forma de trabajo influyó
directamente en la novela detectivesca que comenzó a surgir a partir de aquel
momento, creando personajes tales como el Sherlock Holmes de Conan Doyle, que,
aunque se niega a aceptar que su personaje tenga algún parecido con Dupin,
podemos observar que, en líneas generales, la obra de Poe ejerce una fuerte
influencia en los escritos de Conan Doyle.
A través
de las pocas páginas en las que se desarrolla este relato podemos encontrar
algunos elementos muy característicos de Poe y del romanticismo que ejerció
su influencia en los Estados Unidos durante el siglo XIX. Hay ciertos
elementos que convierten la historia en peculiar, algunos elementos que tienen
tendencia a aparecer en los escritos del romanticismo, impregnados del toque
mágico y misterioso de su autor.
- La figura de Dupin encarna el espíritu bohemio junto con el narrador, quien comienza a observar las extrañezas de su amigo. Parece buscar la oscuridad, como si se sintiera más cómodo al caer la noche, y, a la luz de las velas, pasa las noches enteras de lectura y estudio de libros muy poco comunes. En la casa donde ambos se trasladan no reciben visitas de ningún tipo, ya que casi nadie sabe dónde viven, y apenas salen de casa durante el día.
- La mente humana y las capacidades que hacen de ella un objeto de estudio en torno al que gira la cultura en general. Es la época del florecimiento del hombre como un ser individual y único, lo que le lleva a hacer un estudio de sí mismo, del conocimiento del intelecto.
- Lo desconocido adquiere un carácter casi morboso, ya que es un área que roza elementos que no entendemos por medio de la razón humana, o por medio de explicación científica. Lo desconocido, lo grotesco, el horror, se convierten en algo estéticamente bello por medio de las palabras, utilizadas con precisión para crear una atmósfera de terror que influye en el lector.
Podemos
observar un doble sentido dentro de la misma historia: el sentido
filosófico, plasmado básicamente en el prólogo de la historia, que se
convierte en un ensayo en el que se analizan los procesos mentales, y el sentido
literario, es decir, la historia en sí, que combina el terror con la novela
detectivesca. Tal vez puede dar la impresión de que el sentido reflexivo domina
en la historia, ya que se nos presenta como excusa para escribir acerca de
temas casi desconocidos para el tiempo en el que fue escrita.
La búsqueda
de la libertad
El
encarcelamiento
La mentira
La injusticia
La tristeza
C.
Auguste Dupin. Personaje principal de la historia.
Narrador.
(El amigo de Dupin) Tiene el segundo roll más importante.
Madame y
Mademiselle L´Espanaye. Personajes complementarios.
Marinero
Orangután
Adolphe
Lebon
Los testigos
La policía
esto es lo que buscaba gracias
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